martes, 8 de mayo de 2012

Batalla de Chalchuapa



La Batalla de Chalchuapa, fue un enfrentamiento armado que se dio en el territorio de El Salvador, el día 2 de abril de 1885. El origen de la batalla se puede encontrar en el deseo del entonces Presidente de Guatemala, Justo Rufino Barrios de tener bajo su mando a los países centroamericanos, así como habían estado durante laépoca colonial como la Capitanía Generalde Guatemala. Así que trató por la vía diplomática de llegar a acuerdos, pero los presidentes de las otras naciones centroamericanas no deseaban integrarse al plan de Barrios.
Así que al ver que no conseguía resultados de forma diplomática, Barrios decidió hacer realidad sus planes a través de las armas, habiendo pensado recorrerCentroamérica y vencer toda oposición para hacer realidad sus objetivos.
Después de tener listo un ejército conformado por soldados guatemaltecos, se aventuró a la conquista, y la primera batalla que tuvo fue en El Salvador, en la localidad de Chalchuapa.
En el fragor de la batalla, Barrios dirigía a su ejército desde su caballo, dando órdenes, pero desde su posición era un blanco ideal. Por ello, una bala salida de lastrincheras del ejército salvadoreño impactó en su pecho, quitándole la vida, y también significando el fin de su ambición de ser Caudillo de toda Centroamerica.

Octubre de 1944 y la historia de Chalchuapa

Dagoberto Gutiérrez. El combate del pueblo chalchuapaneco contra la dictadura de Osmín Aguirre y Salinas, surgieron los combatientes políticos y revolucionarios que fundarían años después una serie de organizaciones que actuarían en la clandestinidad pero, resulta larga la lista de ex combatientes chalchuapaneco participantes en los combates de Ahuachapán de octubre del 44 y es necesario rendir homenaje a su memoria.

Entre los nombre de ex combatientes chalchuapanecos que fallecieron posteriormente por distintas causas podemos mencionar a Evita Toledo de Guido, Trinidad Monzón, Antonio Zurita, Antonio Ortiz, Antonio Henríquez, Antonio Trejo, Ángel Hernández,  Abel Henríquez (Padre), Arturo Castro y Castro, Carlos Arana, Carlos Palacios, David Torres, Eduardo Colon, Esteban Gómez, Emilio Pacheco, Félix Retana, Francisco Guido, Francisco Recinos, Fausto Menéndez, Gonzalo García, Humberto García, José Fajardo, José Hernández, José Ruano, José María Rodríguez, Javier Castellanos, José Ciro Vargas, Joaquín Peñate, Joaquín Herrera, Jesús Rodríguez, Juan Francisco Castro, Lucas Mazariego, Mauro Varela, Manuel Mazariego, Margarito Marroquín, Marco Guevara, Miguel Ángel Rodríguez, Miguel Bernal, Miguel Flores, Oscar Ruano, Ricardo Menéndez, Ricardo Sermeño, Ricardo Varias, Ricardo Guevara, Raúl Hernández (Padre), Roberto Marciano, Rigoberto Tejada, Rafael Fuentes, Salvador Menéndez, Sabas Agreda, Edmundo Antonio García.  

En Chalchuapa se construyo la suficiente energía política y la fuerza moral para lograr una alta participación en la gesta patriótica de 1944, y, como siempre ocurre, los caminos de los ex combatientes se bifurcaron y hasta cruzaron, alguna eran artesanos otros eran obreros otros comerciante, otros estudiantes, también habían agricultores, empleados, y hasta ama de casas.

En realidad toda variedad de ocupaciones expresaba la totalidad de la sociedad chalchuapaneca de la época y ellos y ellas expresaban y representaban, lo mejor de la juventud de nuestro pueblo, lo más honrado sencillo y digno, fueron lo que estuvieron dispuestos a dar su vida en contra de una dictadura, su lucha fue por al democracia, por una diferente a la de la época, también fue por el derecho a elegir libremente y resulta importante ver el sentido político de las reiniciaciones para descubrir el hilo de plata que amarraba todas la decisiones y el ánimo, y este era la decisión de resistir y enfrentarse al dictador y la dictadura.

Esta escuela de política de resistencia templaría los espíritus y así, en la década de los años 50 que fue una década decisiva porque culminó allí los acontecimientos de 1948, que abrieron el acceso al poder de un grupo de militares jóvenes, en esos años de 50 repito, aparecen pequeños agrupamientos y personas que realizaron un trabajo tenaz, silencioso y en la penumbra par llevar luz a las conciencias de sectores de la ciudad chalchuapaneca y así, aquella derrota militar de Ahuachapán  se convirtió en una victoria política e ideológica porque el mensaje revolucionario nunca dejo de caminar, con pies de seda y piernas de acero y la flor del pensamiento de izquierdas nunca se marchito y todas la tardes una humilde mujer morena, de pequeña estatura de cara grande y labios carnoso de manos fuertes y ágiles, parecía en la calles vendiendo pan en una gigantesca canasta y en la misma canasta transportaba y distribuida la propaganda revolucionaria que era castiga con el desaparecimiento, era la Berta Rosales que no solo anunciaba las clases del pan sino la luz de la revolución.

También el sastre Ricardo Sermeño y el sastre Nicolás ruano que también cultivaban y también distribuía un mensaje político revolucionario, Sermeño moría a manos de los asesinos de los escuadrones de la muerte en la primero ofensiva militar de 1989 de toda esta generación surgieron los luchadores que hicieron posible los huelgas magisteriales de 1968 y 1971, y también los combatientes guerrilleros que construyeron la guerra popular de 20 años. Rendimos homenaje a Rolando, “ El viejo con bolas”, a Chepe Torogoz, a Mequin, al Oso, a la Familia Arias, a la Familia Castro, a luisto portillo, al niño flores, a Michel calderón y a todos los héroes y mártires que próximamente participaran en un libro que circulara en chalchuapa.

CENTRO HISTÓRICO DE CHALCHUAPA

Historia de una de las ciudades más antiguas de El Salvador   
Por Héctor Ismael Sermeño (*)

Al menos tres mil quinientos años la contemplan: Es Chalchuapa; antigua, colonial, contemporánea, eterna.  Hoy sobrepasa los cien mil habitantes, antes no sabemos, pero fue la ciudad maya más grande del territorio que ahora llamamos El Salvador, además de constituirse en una de las mayores de la Ruta Maya.
Con un área que puede alcanzar los diez kilómetros cuadrados, los incontables vestigios arqueológicos ubicados en esa superficie, documentan la grandeza que los monumentos rescatados apenas reflejan. El Museo Nacional de Antropología David J. Guzmán, posee las pruebas de su importancia prehispánica: un 60% de sus  piezas de exhibición y de sus depósitos provienen de la enorme zona arqueológica chalchuapaneca, estudiados desde el siglo XIX, primeramente por especialistas extranjeros y  posteriormente, por nacionales.
Los  conquistadores europeos encontraron a los pocomames, mezclados con los, también, conquistadores aztecas de la rama pipil, pero sustentando todavía, la fuerza de la cultura maya, en ese momento ya desaparecida en su grandeza, pero sobreviviente de manera poblacional. Por eso a El Salvador le resulta imprescindible el estudio y la existencia de Chalchuapa para explicar la construcción de su cultura y su estado nación.
Durante la época posterior a la conquista y durante la era colonial, Chalchuapa mantuvo un nivel de importancia bastante relevante. Fue uno de los llamados pueblos de indios, pero muy rico y muy poblado. El tamaño de los templos católicos, reflejaba esta importancia; por esta razón el dedicado a Santiago Apóstol, ya para 1586, más o menos medio siglo desde su fundación, se consideraba trascendente, según relató el religioso franciscano Alonso Ponce a su paso por el poblado, que se llamó Chavelapan, después Santiago Chalchuapa, por su santo patrono y al final solo Chalchuapa, al menos a partir de 1770, según Pedro Cortez y Larraz, arzobispo de Guatemala, en la narración de su visita.
Chalchuapa aportó a la economía de la provincia de San Salvador,  árboles y semilla de morro,  cacao, tabaco y maíz. Posterior a la independencia, en el siglo XIX, formó parte del gran núcleo cafetalero del occidente de la ya República (al menos a partir de 1845) y se convirtió en la quinta ciudad del país (1905) superada en sus 20,856 habitantes sólo por Santa Ana, en ese momento la primera, con 50,854, San Salvador con 50,304 ;  San Miguel con 25,462 y San Vicente con 21,048, ésta última con apenas 192 habitantes de diferencia; datos según Silvia Dutrent, en su libro “El Salvador”, México, 1989.
También producía azúcar,  cereales y ganado. Ahora sigue siendo importante el café, pero también el comercio y la industria; esta última fue la más poderosa del país cuando el estimulante era el grano de oro, con una decena de beneficios de café, de los cuales, el denominado El Tazumal, era uno de los más grandes del mundo. Hoy la Cooperativa Cafetalera Cuzcachapa, ha ganado varias veces la Taza de Excelencia en este ramo.
En referencia a lo anterior hay un interesante estudio sobre el fenómeno económico de Chalchuapa y sus implicaciones, investigado y escrito por Aldo Lauria Santiago titulado “Una república agraria”, publicado en 2003; es una fuente increíble para entender, a través del estudio de las relaciones económicas en Chalchuapa y  El Salvador, la construcción de la República Salvadoreña. 
LA INFRAESTRUCTURA  CHALCHUAPANECA
La ciudad posee uno de los centros históricos más grandes y relevantes de todo el país. Rica en arquitectura, tradiciones y costumbres, la occidental Chalchuapa configura las cualidades urbanas como base de la cultura, gracias a la diversidad de elementos que la componen.
El actual templo de Santiago Apóstol, es la muestra de la mejor arquitectura religiosa barroca colonial en El Salvador. Iniciada su construcción (circa 1630), es el templo colonial más grande y mejor conservado que la colonización española nos heredó. Muchas poblaciones tienen la traza de cuadrícula propia de la época, pero no conservaron sus templos por razones diversas: incendios, terremotos, demoliciones y guerras. Chalchuapa posee esta riqueza arquitectónica  excepcional. De hecho, no quedan en territorio salvadoreño, más de una veintena de iglesias verdaderamente de la época. Todas las demás falsamente denominadas  como coloniales, fueron construidas después de la firma de la independencia en 1821.
El templo es en cruz latina, con una sobre decorada y barroca cúpula sobre el presbiterio, bastante elevado y de muy buen tamaño. Construido con adobe y mampostería, incluye excelentes retablos y bella imaginería desde el siglo XVII. El atrio es de lo mejor y el muro perimetral colocado en el siglo XIX, está muy integrado al resto del edificio. Posee torre del reloj que da la hora desde 1874. Se consideraba desde el siglo XVIII, que si una ciudad  tenía reloj público grande, era muy importante. Los ciudadanos presionaron en esa época propiciada por la riqueza del café y tuvieron su reloj.
Durante el siglo XX se construyeron otros templos como El Calvario, de muy buen tamaño, el de María Auxiliadora, del colegio y hospicio, la capilla del antiguo hospital y el nuevo de María Auxiliadora de reciente creación, además  varias  ermitas en cantones y colonias.
Las edificaciones de gobierno, policía y cuarteles fueron muy buenas antes de la guerra, en edificios de adobe, piedra, mampostería y cemento armado. Igualmente las escuelas, almacenes y otros edificios comerciales. Sin embargo, es en las áreas habitacionales en dónde se dan muchas muestras de la mejor arquitectura  desde finales del siglo XVIII.
Sobresalen la llamada Casa de los leones o de las águilas, una elegante residencia de tres niveles con varias esculturas frontales, un tanto neoclásica y que data de los 1920; una sede bancaria diseñada por el genial arquitecto salvadoreño Rubén Martínez; los dos parques centrales, uno dedicado al padre de la patria, Dr. José Matías Delgado y el otro a la Virgen María en donde fuera la Plaza Principal desde su fundación, frente a la parroquia de Santiago. La ciudad posee varios monumentos y un histórico e impresionante cementerio, con mausoleos de gran  tamaño y expresión artística. Las residencias de los acomodados cafetaleros y comerciantes, especialmente en la Avenida 2 de abril, la Calle Ramón Flores, los alrededores  de la parroquia de Santiago y la calle del Comercio; también en la sexta calle. Son sobrias y muy elegantes en sus fachadas en las que predominan los balcones andaluces, canecillos y moldurado renacentista y mudéjar.
Son casonas de un cuarto y hasta media manzana de construcción, con grandes puertas, zaguanes de arcos de medio punto y esquinas redondeadas que las particularizan. Pese a que corresponden a diferentes estilos, según las épocas pertinentes, el mantener la línea de construcción original y el cuidado en los diseños, hacen del paisaje urbano local una muestra de conservación excepcional para una ciudad salvadoreña. Las construcciones disonantes son en menor cantidad que en otros centros históricos nacionales y, a partir de la aplicación de la Ley de protección al Patrimonio cultural en 1993, la conservación, la reconstrucción y la restauración han mejorado, en mucho, a la ciudad.
También existen varios auditorios y tres estadios; dos para fútbol y uno para baloncesto. 
LA GRANDIOSA CULTURA.
Ninguna ciudad salvadoreña del interior del país y fuera de San Salvador y Santa Ana, tiene tantos, y tan diversos, espacios para la cultura, además de muchos bienes culturales patrimoniales, ya sean edificados como intangibles. Chalchuapa es muy particular en este ámbito. En ocasiones pareciera que ni sus propios pobladores se dan por enterados.
Posee, como ya se explicó, el más hermoso templo colonial barroco de El Salvador.  Las procesiones de Semana Santa de esta iglesia, fueron declaradas legalmente, Patrimonio Intangible de la Nación en 2007. Grandiosas, espectaculares y de participación masiva, no tienen igual en todo el país. Aparte desarrolla un calendario de celebraciones religiosas de índole  folclórica, de gran importancia en Santiago Apóstol, El Calvario Y María Auxiliadora. Igualmente las del día de muertos y navidad, con muchas particularidades propias de la localidad.
En 1920 ya poseía dos salas de cine. En la década de 1930, el General Hernández Martínez le construyó un Teatro Nacional, el cual sirvió para proyectar películas y recibir grupos y compañías de artes escénicas y que fue demolido hace unas tres décadas. Posteriormente, un empresario local  levantó un enorme cine de más de mil butacas, que todavía existe, denominado Maya, que en medio de la actual crisis mundial de  los cines de gran tamaño, es arrendado ahora a una organización religiosa protestante.
La gastronomía(uno de los mayores patrimonios culturales intangibles) es también sobresaliente, desde sus épocas ancestrales prehispánicas, los ingredientes locales han particularizado la alimentación: La yuca salcochada blanda, con chicharrón de cerdo y especial encurtido, es su principal bandera, a la que se agregan los panes franceses de gran tamaño con gallina y pavo horneados, la inigualable horchata, gracias a su antigua tradición de plantar árboles de morro, los atoles de varias clases y el pan dulce, variado, de semitas a pastelería francesa, de pan blanco a torta de tuza y un largo etcétera. Ninguna ciudad tiene tantas panaderías per cápita. Por supuesto la exquisitas pupusas, con un toque muy particular.
En 1951, sólo había un museo en el país, el Nacional en San Salvador. Ese año se inaugura el del sitio arqueológico El Tazumal y Chalchuapa se convierte en la primera ciudad, fuera de la capital, en tener un museo. Actualmente tiene tres,  el del parque arqueológico Casa Blanca y el religioso, en la casa conventual de la Parroquia de Santiago, complementan el trío. Tuvo escuela desde el siglo XVIII de manera informal, con Gerardo Barrios llegó a tener dos. Hoy posee unos treinta centros de estudio de todos los niveles, estatales y privados. Se debe agregar una Casa de la Cultura con muchas actividades.
También incluye, aparte de los dos parques arqueológicos mencionados con su propio museo, uno privado, con la única pirámide circular descubierta a la fecha. Además tres balnearios, el más antiguo, “El Trapiche”, se ubica en el río del mismo nombre   y ostenta una piscina olímpica, segunda del país después de la del estadio nacional Flor Blanca, que construyó el ex presidente chalchuapaneco, General Salvador Castaneda Castro en 1946, igual que el mercado municipal número uno, y el bulevar de entrada a la ciudad, conocido como la Doble Vía. Hoy convertidos en edificaciones patrimoniales. El de El Trapiche es utilizado para la lavada de la Ropa del Señor, durante los lunes santos desde hace casi dos siglos, combinando el patrimonio natural, el cultural edificado y el intangible.
En 1885, el presidente militar de Guatemala, Justo Rufino Barrios, murió en la famosa batalla de Chalchuapa, al intentar unir a Centroamérica de manera violenta. Una pequeña Plaza con un monumento del Extinto Presidente y la enorme roca en la que murió,  recuerda el  trascendental hecho.
Chalchuapa es una ciudad monumental desde antes de la llegada de los españoles a nuestro país, milenios después continúa siéndolo. Es un lugar de privilegio, de esos que sí le dan valor a una celebración como la del Bicentenario del inicio del proceso de independencia centroamericana. Lástima que la fiesta de este gran hecho histórico no ha tenido la importancia que  han merecido las similares de México, Venezuela y Argentina. El Salvador es así. A Chalchuapa no le importa, es demasiado lo que poseyó y lo que lo que actualmente posee, que no afecta un ápice a su importancia histórica. Igual le hace bien a nuestro país aunque no se de por enterado.

ORIGEN E HISTORIA DE CHALCHUAPA


Orígenes y etimología
La ciudad de Chalchuapa es una de las milenarias del territorio actualmente llamado salvadoreño y en ella se alzan, enhiestos y desafiantes, los irrecusables testimonios arqueológicos de una pretérita civilización indígena, que allí contemplaron centurias ya idas, y que revelan al arqueólogo como al profano el poder omnipotente de un sacerdocio que, guiando a un pueblo esclavo y fanático, supo plasmar en la piedra y en el barro su profundo sentimiento religioso. Sin la magnificencia de Copán ni de Quiriguá, en el área meridional de la vertiente atlántica centroamericana ocupada por los pueblos mayaquichés, y sin la profusión de estelas, pilastras, columnas, edificios arquitectónicos, juegos de pelota y otros restos arqueológicos de Tikal, Yaxchilan, Seibal, Uxmal, Chichén Itzá, Mayapán, etc., en el centro y septentrión de aquellas comarcas -hoy convertidas en la gigantesca necrópolis de una cultura que ha sorprendido al hombre occidental desde la temprana mitad del siglo XVI-, la región arqueológica de Chalchuapa, diseminada en una superficie de cinco kilómetros cuadrados, por sus caracteres propios y distintivos, así como por su remota antigüedad pagana, ofrece un campo de estudio para el hombre de ciencia y un paraje de recreo para el que gusta extasiarse ante la presencia de lo que fue esplendor y grandeza, y hoy es sólo un mudo recuerdo... En esa zona arqueológica, sin duda alguna la más interesante de El Salvador y también la mejor estudiada, se han localizado cinco centros principales de civilizaci6n precolombina: Tazumal, al Sur; Pampe y El Trapiche, al Norte; Casa Blanca, al centro; y Las Victorias, al Noreste. Por ser el primero de esos emporios teocráticos el más notable de todos, a la arcaica civilizaci6n que se gest6 y desarro1l6 en el área geográfica considerada y que se extendio a otras vecinas, se le ha llamado con toda propiedad "civilización tazumalense" (Jorge Lardé, 1926), y se considera hoy día que sus orígenes datan por lo menos de los siglos V 6 VI de la Era Cristiana. Ante esas importantísimas ruinas, que acusan en sus estratos prístinos la presencia de un núcleo humano mayaquiché fuertemente civilizado y la influencia tardía, pero indudable, de un pueblo yucoazteca, surge naturalmente esta inquietante interrogaci6n: ¿quiénes vivieron allí en remotos tiempos y quiénes dejaron a la posteridad esos restos arqueológicos, que cantan pasadas hazañas y gestas locales ya olvidadas?.. Las fuentes coloniales de informaci6n, los datos arqueológicos, etnol6gicos y lingüísticos y, en una palabra, las pruebas concordantes de las disciplinas hist6ricas, son los que permiten responder satisfactoriamente a esa pregunta. Los antrop610gos contemporáneos han establecido, sobre bases inamovibles, que la faja costeña del Océano Pacífico comprendida: entre Tapachula (Soconusco, México) y el río Lempa (El Salvador) es la cuna donde germinó, se desarrolló y proyectó la civilizaci6n y cultura más antiquísima de Mesoamérica. .En esa superficie ístmica, la más densamente poblada del continente colombino y la única capaz de auspiciar éxodos, se encuentran los especimenes botánicos (maíz, fríjol, hule, anona, cacao, etc.) y zoológicos (quetzal, lagarto, mono, tapir o danta, etc.) divinizados por la mentalidad aborigen en la cosmogonía prehispánica, la estatuaria lítica más arcaica, las trazas originales del primitivo calendario agrariorreligioso (cómputo de 260 días) y, en definitiva, todos los auténticos vestigios de la civilizacion original. Por otra parte, dentro de esos límites de la fajacuna, se producen los dos idiomas maternos: el mame, con su dialecto el pok'omame, como antepasados de las lenguas mayaquichés; y el yaqui o pipilnáhuat, como antecesor de las lenguas yucoaztecas o nahoas. Los más autorizados cronistas de la colonia, tales Tomás López, Antonio de Remesal, Francisco Ximénez, Pedro Cortés y Larraz y Domingo Juarros afirman unánimes y conformes: que Chalchuapa fue "la meca de la civilización pok'omame de la América Central," agregando el segundo y el tercero de los mencionados que de esta ciudad salieron, posiblemente en el siglo XIV o XV A. D., los emigrantes que fueron a tierras hoy guatemaltecas a fundar Mixco, Petapa, Pinula y otros núcleos 'humanos congéneres. Ese éxodo de tribus pok'omames salvadoreñas al territorio de Guatemala se produce, como consecuencia natural y lógica, del proceso de expansión territorial de los yaquis o pipiles de la región sureña de los Izalcos, que lenta, pero seguramente, fueron sometiendo a las antiguas metrópolis de la citada nación precolombina. Este fenomeno historico sociologico se comprueba: 1° Porque en diciembre de 1549, en Ahuachapán, las mujeres hablaban pok'omame y los hombres el yaqui o pipilnáhuat, es decir, que los guerreros nahoas o yucoaztecas habían derrotado a los mayaquichés de esa comarca y tomado a sus mujeres como precioso trofeo de su contundente victoria militar. 2° Porque en un país ocupado desde tiempos inmemoriales por dichos pueblos, la toponimia regional no es pok'omame, sino pipilnáhuat siendo Tazumal, Pampe y Chunquis las únicas excepciones conocidas. 3° Porque en la estatuaria sagrada y cerámica de los últimos períodos se encuentran figurillas y pinturas representativas de Tlaloc, Chalchihuitlicueye, Quetzalcúat, Xipe Totec y otros dioses del panteón naphoa, así como motivos de decoraci6n exóticos. De ahí que ignoremos el nombre autoctono o pok'omame de la ciudad de Chalchuapa, ya que éste es de cuña francamente yaqui o pipil y significa literalmente "ciudad que posee jadeítas", "ciudad abundante en jadeítas" o "donde se trabaja la jadeíta". En efecto, este toponímico está constituido de las raíces chalch, apocope de chalchihuit, chalchihuite, jadeíta (piedra preciosa de color verde); hua, el que tiene o posee algo en abundancia, y pa, en, donde, sufijo locativo.

     
Restos arqueológicos
De todas las Bellas Artes y artes industriales los pok'omames de Chalchuapa, Atiquizaya, Ahuachapán y poblaciones aledañas desarrollaron en alto grado de esplendor la cerámica policromada y a este respecto los cronistas castellanos han dejado en sus escritos constancia de su profunda admiraci6n por esos aborígenes que, en el antiguo Reino de Guatemala, eran los que trabajaban la más fina y mejor loza de estas provincias, trabajo que constituía señaladamente el patrimonio de las mujeres y que ejecutaban modelando el barro con las manos, pues desconocían el torno de alfarero. Los pok'omames trabajaban también con gusto artístico y delicadeza la jadeíta como lo comprueban las diversas piezas localizadas en recientes excavaciones en el templo de Tazumal, de las cuales merece especial mención un pectoral representativo del mito Quetzalcóhuatl-Kukulkam, la poderosa y altiva "serpiente con plumas de quetzal" o "plumaje del cielo". Pero sobre todo, lo que al vulgo impresiona y asombra son los edificios arquitectónicos, estelas, monolitos y figuras incisas en piedra de bravos guerreros. De los cinco centros de "civilización tazumalense", que atrás quedan enunciados, indiscutiblemente el más importante es el de Tazumal. Comprende un montículo principal o santuario observatorio, de 23m. de altura, emplazado en una manzana de terreno y formado de dos pirámides truncadas y superpuestas (ku o teocali), con graderías de diversos tamaños y orientadas en distintos rumbos que rematan en edificios secundarios, terrazas, etc.; pero sin seguir un plan arquitectónico uniforme, pues las actuales ruinas acusan que la referida mambla fue reconstruida o ampliada seis o siete veces, por lo menos. Al Oeste de esta construcción se encuentran ocho pilastras con figuras incisas, y más allá un tumuloparásito, y otros más lejanos que circundan la estructura principal, dos de los cuales, bastante destruidos y hoy en el interior del cementerio de Chalchuapa, parecen indicar un pequeño patio de juego de pelota. Del flanco occidental de la doble pirámide Tazumal, situada a unos 150 m al sureste de la orilla de Chalchuapa, proviene la estela impropiamente denominada "Diosa, Virgen o Reina de Tazumal", que perteneció al hospital de dicha ciudad y que fue traída a San Salvador en 1892 por el doctor Santiago Ignacio Barberena. Esta macroescultura, de inspiración mayoide, que enlaza la estatuaria lítica arcaica con la de la época clásica de la civilización mayaquiché, tiene las siguientes dimensiones: altura, 2.65 m; anchura, 1.16 m.; y espesor, 0.44 m., y representa un personaje varonil que está de pie y que en manera alguna puede identificársele con una deidad femenina. En la parte superior tiene grabada, en bajorrelieve, una cabeza indudablemente zoomorfa: la cabeza de un mono, en la que se distinguen fácilmente dos ojos en forma de anillos, dos agujeros nasales, la boca con cuatro dientes y sus respectivas comisuras labiales, y un mechón de pelos en la frente. La cabeza de la estela es de forma ovoidal y ostenta un adorno consistente en una diadema que cubre horizontalmente la parte media de la frente y que cubriendo las orejas baja por las mejillas hasta la altura de la boca. En la parte frontal de la diadema hay seis perforaciones semiesféricas, posiblemente estilizaciones de cuentas de collar de jadeíta, y toda ella sujeta un penacho de plumas de quetzal, que cubre la porción superior de la cabellera y que a los lados se extiende como adorno. Los ojos circulares, la nariz achatada y los camanances están bien trazados; el mentón es grande, varonil, y entre la diadema y el comienzo de la nariz presenta una perforación, o sea una preciosa piedra de chalchihuite. Alrededor del cuello la estela ostenta un doble collar de jadeítas, de doce cuentas cuadrilongas cada uno, haciendo un total de veinticuatro cuentas. En el tórax carece de senos, es descubierto o liso, y esta particularidad, unida a otras, indica claramente que se trata de un hombre y no de una mujer. La mano derecha está bien diseñada y lleva un brazalete constituido de cuatro plaquitas de jadeíta; los dedos de las manos están nítidamente esculpidos y el pulgar lo lleva doblado, no extendido como los otros. Sujeto con esta mano y apoyado en el estómago, de la base del monolito al hombro izquierdo, la estela porta un enorme cetro ceremonial, de 1.74 m. de longitud. La parte superior de este objeto, que es en forma de lanza, ostenta la cabeza, tórax y extremidades de un mono. sentado, con la cola enrollada en espiral, similarmente concebida como la estilización de la culebra en las pinturas de las vasijas procedentes de la región de Chalchuapa. El binomio mitopéyico Mono-Serpiente equivale, esotéricamente, al binomio Cielo Tierra. En la parte inferior, o mango el cetro ceremonial presenta una línea ondulada y dos perforaciones en forma de ojos. La mano izquierda está imperfectamente esculpida y apenas se notan las extremidades de tres dedos, como sosteniendo un escudo o rodela con líneas incisas. El vestuario, esencialmente masculino, adornado con insignias reales, pampanilla y cinturón, jamás podría llegarse a identificar con un vestido femenino. Respecto a esta macroescultura se cuenta una curiosa leyenda: dícese que el monolito se encontraba en la cima del santuario de Tazumal y que un vecino de Chalchuapa, con el deseo de embromar a sus coterráneos, puso en las espaldas de la falsa virgen un cartón con la siguiente inscripción: "Dadme vueltas y verás"; que cuando el visitante del lugar, preso de inevitable curiosidad, daba vueltas al monolito, leía este otro: "¡Gracias a Dios, ya me da el Sol! ", y que comprendiendo la embromada, volvía a dejar a la Reina de espaldas, para que otro repitiera la operación. Así, cuentan, llegó la pesada estela de la cima al flanco occidental del teocali. Del centro arqueológico de Casa Blanca el doctor Barberena trajo a San Salvador, en el mismo año de 1892, dos esculturas primitivas, muy toscas, a las que el vulgo llamaba "sofás". Una de ellas ha sido bautizada por Leplengeón con el nombre maya Chac Mool y efectivamente representa un dios de las lluvias; la otra, según Lardé, ostenta la figura de un jaguar en asecho. Ambas piezas están trabajadas en roca volcánica porosa. El ku del Trapiche, en línea recta hacia el Norte del de Tazumal, aún. no ha sido explorado; pero indudablemente guarda verdaderos tesoros arqueológicos. Las ruinas del grupo de Pampe fueron descubiertas en 1926 por Jorge Lardé y ofrecen la particularidad de que sus edificios fueron construidos sobre la avanzada de una antiquísima colada de lavas volcánicas. Finalmente en el grupo de Las Victorias se ha localizado una gran roca, con grandes guerreros en bajorrelieve, que ofrecen la singular particularidad de que carecen por completo de adornos de pluma de quetzal o de ara macao, lo que las asemeja en mucho a las veracruzanas de la civilización ulmeca de México. Entre Tazumal, Casa Blanca y Las Victorias se encuentra un maare o cráter de explosión ocupado por la Cuzcachapa que, en los tiempos gentiles, fue considerado como un lagooráculo y centro tristemente célebre de sacrificios humanos.

    
Época colonial
En 1550 el pueblo de Chalchuapa tenía unos 350 habitantes. El 9 de mayo de 1586 pasó por esta población el religioso franciscano fray Alonso Ponce y la "Relación Breve y Verdadera", que da cuenta de las andanzas de este monje, dice que andadas desde Atiquizaya "otras dos leguas de buen camino, llegó a otro pueblo grande de los mesmos indios (pok'omames), obispado (de Guatemala) y visita llamado Chalchuapan, donde reside un clérigo, con el cual se detuvo como un credo cantando, y luego volvió a proseguir su viaje". "Había en aquel pueblo -agrega- muchos árboles de xícaras (morros), los cuales son medianos, de hojas pequeñitas que cubren mal las ramas, la fruta que llevan es a manera de calabazas medianas muy redondas y pegadas por el pezón al mismo tronco y grueso de las ramas, como las mazorcas del cacao, a éstas las curan y aserradas por medio, como de ordinario se corta una naranja, hacen de cada una dos que sirven de escudillas, cazuelas o tazas, y de otros vasos en que beben el chocolate y otras bebidas del cacao; este es el servicio común de los indios y de los negros y aun de españoles pobres, llámanse en la lengua mexicana xicalli, y corrupto el vocablo se dice xícara, hácense algunas de éstas muy curiosas, raídas y pintadas, las cuales tienen en mucho en lo de México, también las aderezan sin partirla a manera de frascos, con su boca y respiradero para echar agua, vino, vinagre y otros líquidos". El padre irlandés Tomás Gage pasó por el pueblo de Chalchuapa el 8 de enero de 1633 y este hecho es relatado así por el ilustre viajero: "A media noche me partí y fui a almorzar a un gran pueblo llamado Chalevapan (hoy Chalchuapa), donde los indios, que eran Pocomames, me recibieron muy bien porque hablaba la legua poconchí o pocoman como ellos; quisieron detenerme para que les predicase el domingo siguiente, lo cual hubiera hecho si no me hubiera encontrado obligado por una consideración mayor a retirarme pronto". En 1740, según el alcalde mayor de San Salvador don Manuel de Gálvez Corral, Santiago Chalchuapa tenía 340 indios tributarios, o sea alrededor de 1,700 indígenas, más 225 ladinos y mulatos que eran "soldados de dos compañías de socorro para las costas". "Tiene abundantes cosechas -dice- de maíz, de frijoles, de algodón y crianza de gallinas lo competente para su sustento". En 1770, conforme los autos de visita del arzobispo don Pedro Cortés y Larraz, Chalchuapa era cabecera de la parroquia de su mismo nombre, que comprendía como anejo al pueblo de Atiquizaya y 19 haciendas, valles y sitios densamente poblados. La población urbana de Chalchuapa comprendía 76 familias indígenas con 662 personas y 91 familias de ladinos con 600 miembros. Total: 167 familias con 1,262 habitantes. La población rural o de los valles era de 37 familias con 278 personas, aun cuando el empadronamiento no comprendía a "un gran número de trapiches y pajuides que ponen los indios en cualquier rincón de los montes y el término de esta parroquia se halla inundado de ellos". Dice monseñor Cortés y Larraz: "La mitad de los vecinos de este pueblo son ladinos y creo que el no ser ya todos es por una política de los indios, que celebré mucho. Consiste en que considerándose los indios dueños del terreno, no permiten que los ladinos levanten casas sin su licencia; aun cuando la piden no la conceden sino con ciertas condiciones y entregando el tanto que conciertan. Entre las condiciones es una, que dicha licencia no vale sino para levantar, por una vez, la casa; de manera, que si por cualquier motivo sucediera faltar dicha casa, ni la pueden reedificar ni hacer otra en el territorio de los indios, sino es por un nuevo concierto". "El Cura (párroco de Cha1chuapa presbítero Felipe Aceituno) -agrega monseñor- se empeñó en que yo persuadiera a los indios que no estrecharan tanto a los ladinos para edificar casas en su suelo, a lo que respondí, que yo deseaba inspirarles esta política a todos los indios de la América, porque sobre haberles ocupado su terreno y sacándolos de los pueblos más útiles y acomodados, y aun con ella y teniéndola en la mayor observancia, no dejan los ladinos de ocupar la mitad de este pueblo, con que si la relajaban quedaría sin indios a pocos días". El presbítero Aceituno tenía por coadjutor al presbítero Joseph Méndez y en la parroquia había otros. dos religiosos: don Miguel Figueroa y don Francisco Calderón, que poco hacían en favor del culto. El cura Aceituno dijo a monseñor que había "escuela de niños", pero que la asistencia de éstos no era continua por las frecuentes escusas que ponían los países; y que "el idioma común (en la parroquia) es el castellano, y el materno que no se necesita, el pokoman". En 1781 el pueblo de Chalchuapa sufrió las consecuencias de una epidemia de viruela. Ingresó en 1786 en el partido de Santa Ana. En 1807, según el corregidor intendente don Antonio Gutiérrez y Ulloa, Chalchuapa era "Pueblo de indios y ladinos... es numeroso su vecindario en ambas clases. Se carece de industrias en artes y manufacturas. Cultivan añil, maíz y otros frutos de primera necesidad y crían algún ganado". El 20 de marzo de 1810 tomó posesión del curato de Chalchuapa el presbítero Rafael Luna. En 1817 la epidemia de viruela volvió a afligir a su vecindario.

    
Época federal
El municipio de Cha1chuapa quedó incluido el 12 de junio de 1824 en la nómina de pueblos del departamento de Sonsonate. Situada esta población en la ruta que conduce de Guatemala a San Salvador es lógico que haya sido frecuentemente ocupada por tropas beligerantes en la larga serie de guerras fratricidas y revoluciones armadas que han ensangrentado a los pueblos de Centroamérica. El 14 de julio de 1827 el ejército federal, al mando del general Manuel José Arce, invadió por segunda vez el territorio salvadoreño y ocupó la plaza fuerte de Chalchuapa. El. 19 de octubre del mismo año, el ejército federal acantonado en Chalchuapa sufrió la deserción de las tropas santanecas y sonsonatecas. Este inesperado hecho y un complot descubierto de la oficialidad chapina para retomar a Guatemala obligaron al brigadier Francisco Cascaras a evacuar esta estratégica plaza. El 29 de enero de 1828 el ejército federal, a las órdenes del brigadier Manuel de Arzú, invadió por tercera vez y en número de 3,000 soldados el territorio cuzcatleco, habiendo ocupado sin resistencia la plaza de Cha1chuapa, en cuyo recinto se atrincheró. Ello de marzo de 1828 a las siete de la mañana, sin plan ni concierto, 3,000 soldados salvadoreños a las órdenes del general colombiano Rafael Merino atacaron los reductos exteriores del ejército federal en Chalchuapa. La acción fue sangrienta y culminó con una catastrófica derrota para los atacantes, derrota debida a la incapacidad del jefe y a la circunstancia de que éste se encontraba ebrio durante el desarrollo de la misma. En 1830 el vecindario de esta población volvió a sufrir a causa de la epidemia de la viruela. En 1837 el cólera morbus diezmó a la población de Chalchuapa.

    
Sucesos posteriores
Por Ley de 23 de febrero de 1850 las aldeas de San Antonio y El Rosario (hoy pueblo de El Refugio, departamento de Ahuachapán) se segregaron del municipio de Atiquizaya y se reincorporaron en el de Chalchuapa. En febrero de 1851, después de la batalla de La Arada -una de las tumbas del liberalismo y unionismo centroamericanos-, el victorioso ejército guatemalteco ocupó sin resistencia el pueblo de Chalchuapa. En 1854 las mangas de chapulines destruyeron las sementeras y los hijos de esta población sufrieron hambre. Desde el 8 de febrero de 1855 pertenece Chalchuapa al departamento de Santa Ana. En febrero de 1856 reapareció la epidemia de la viruela. En julio de 1857 fue diezmada nuevamente la población de Chalchuapa por el cólera morbus. En un informe municipal de la misma, de 26 de octubre de 1858, aparece con 3,559 habitantes. "Esta población se compone -dice ese Documento- de cuatrocientas treinta y ocho casas, entre las cuales se cuentan trescientas tres de paja y ciento treinta y cinco de teja, entre estas últimas hay varias de regular construcción y con alguna decencia, blanqueadas por dentro y fuera con cal, y de un solo piso. Hay también treinta y dos calles rectas; pero no con igualdad, porque unas se componen de setenta hasta cien varas de largo, y otras tienen un poco más de cien, y de ocho hasta diez varas de ancho; todas a excepción de la que está en el medio de la población de Norte a Sur que se nomina de las parejas, se hallan en partes empedradas, pero de muy mal empedrado. Hay una iglesia de buena construcción y con una extensión regular que hasta la fecha se halla en buen estado, sin embargo de que hace mucho tiempo que fue construida, y es en realidad un hermoso edificio. La casa municipal que está situada al Iado del Sur de la plaza se halla totalmente arruinada; las cárceles se hallan en igual estado; y no se ha dado principio a la nueva construcción de ambos edificios porque se ha estado atendiendo a la construcción de un puente de que se hablará en otro párrafo". "Hay una casa que sirve de convento, pero por ahora por estar también arruinada sirve para casa de escuela, cuyo establecimiento unos pocos meses antes ocupaba una parte de la casa municipal, la que a la fecha ocupa el juez de policía con su escolta. El panteón está colocado al lado del Sur; se halla en regular situación, de pared doble y presenta una mediana amplitud". "Tiene su Municipalidad compuesta de un alcalde, cuatro regidores y un síndico, y ésta tiene su secretario pagado de sus fondos: tiene también su juez de Paz propietario y su suplente; y para lo eclesiástico existe un cura que depende del Señor Obispo de San Salvador. Hay igualmente un comisario de alcabalas, un juez de policía con una guarnición compuesta de cuatro soldados y un cabo; el policía es pagado de los fondos municipales y la guarnición por una suscripción de los vecinos que a principios del año se ofrecieron voluntariamente a este fin; hay asimismo un alcaide de las cárceles pagado de los mismos fondos. Finalmente hay un establecimiento de primeras letras y su preceptor es pagado de las rentas del Gobierno, y concurren a dicho establecimiento de cuarenta a sesenta niños; mas, es de notarse que hasta ahora por falta de fondos no ha podido establecerse una escuela de niñas, pues si es tan indispensable como importante la del sexo masculino, mucho más es sin duda la del bello sexo femenino: la civilización e instrucción de ambos sexos es sin equivocación el origen fundamental para que un pueblo pueda obtener los más plausibles resultados; y ojalá algún día podamos complacer nuestros deseos". El puente que se estaba construyendo era sobre el río San Juan o Amulunca "formado de calicanto de un solo arco, pero de la mayor solidez y capaz de resistir a las crecientes de aquel río por abundantes que sean, y se construyó por disposición del Señor Gobernador departamental (coronel don Teodoro Moreno) para facilitar el tránsito para la República de Guatemala". La jurisdicción de Chalchuapa comprendía en 1858, según el mismo documento, quince valles, aldeas o cantones, a saber: El Salitrillo, El Rosario, La Empalizada, Los Dos Ríos, Senca, San Juan Chiquito, Galeano, Paste, San Sebastián, El Arado, El Ojo de Agua, El Guachipilín, Malacara" Ayutepeque y El Cuje. Comprendía además tres grandes haciendas: Contepeque, San Isidro y La Magdalena. Confirmando la etimología que hemos dado del toponímico Chalchuapa, el citado informe municipal dice: "Esta población es de las antiguas: fue poblada por indígenas y eran ricos de moneda efectiva llamada chalchiüite, y ellos ocupaban los destinos públicos que por la ley debían haber en aquella época; y hasta muchos años antes que Centro América se declarase independiente del gobierno Español, se estableció la Municipalidad y demás empleados de ladinos; y los indígenas insensiblemente han ido destruyéndose pues a la fecha no hay más que un pequeño número que tienen parte únicamente en sus funciones religiosas, para lo cual ocupan el producto de sus terrenos que tienen arrendados para repastaje, crianza de ganados y para labranzas agrícolas a diferentes arrendantes".

     
Título de Villa
Durante la efímera administración del Senador Presidente don José María Peralta y por Acuerdo Legislativo de 11 de febrero de 1859 se confirió el título de villa al pueblo de Chalchuapa, por considerarse fundadas las pretensiones de su municipalidad. A causa de que la mayor parte de los moradores del valle de La Empalizada eran oriundos o vecinos de Santa Ana, dicho valle, a iniciativa del gobernador político departamental coronel don Teodoro Moreno y por Acuerdo Legislativo de 6 de febrero de 1860, se segregó de la jurisdicción de Chalchuapa y se anexo a la de Santa Ana. Los días 19 de febrero y 3 Y 21 de junio de 1863 la villa de Chalchuapa fue ocupada por los ejércitos guatemaltecos invasores.

    
Títulos de Ciudad y Cabecera de Distrito
Durante la administración del doctor Rafael Zaldívar y por Decreto Legislativo del 15 de febrero de 1878 se confirió el título de ciudad a la villa de Chalchuapa, en consideración a "los servicios que ha prestado a la República en sus diferentes vicisitudes, por su cooperación para el fomento de la agricultura y por reunir los elementos necesarios para ser elevada" a tal rango. La Asamblea Nacional Constituyente de El Salvador, por Decreto de 1° de marzo de 1880, autorizó al Poder Ejecutivo para que estudiara la conveniencia o no de erigir un tercer distrito administrativo en el departamento de Santa Ana, con el nombre de distrito de Chalchuapa, y de elevar a la categoría de pueblos a los valles de Salitrillo y Dos Ríos, de la jurisdicción de Chalchuapa. Las poblaciones de Candelaria, El Porvenir y San Sebastián Salitrillo, fundadas ello de Marzo de 1882 y 7 de agosto y 7 de septiembre de 1885, respectivamente, constituyeron con la ciudad de Chalchuapa el tercer distrito administrativo antes mencionado.

     
Batalla de Chalchuapa
El Presidente y Reformador de Guatemala general Justo Rufino Barrios pretendió en 1885 hacer la Unión de Centroamérica por el imperio de bayonetas. Con tal propósito organizó un poderoso ejército de 15,000 hombres y se proclamó Jefe Supremo Militar de Centroamérica, y poco después sus formidables fuerzas bélicas las colocó en la frontera occidental de El Salvador, para iniciar así la magna empresa. "Ningún poder humano -dijo- es capaz de retraerme de llevar la guerra a Centro América". Ante lo inminente del ataque y presionado por el pueblo salvadoreño, el gobierno del doctor Rafael Zaldívar se aprestó a la defensa de la Patria y nombró General en Jefe del Ejército Nacional al general de división don Adán Mora. A fines de marzo de 1885 las fuerzas salvadoreñas representadas por 2,800 soldados a las órdenes de los generales Indalecio Miranda, Pedro Escalón, Felipe Barrientos, Manuel Montalvo, Doroteo Flores y Rafael Osorio hijo, habían ocupado las fortificaciones de Chalchuapa, Casa Blanca, Pampe y la colina de El Calvario, donde se había emplazado un cañón Krup N° 7. El día 31 las fuerzas guatemaltecas invadieron el territorio salvadoreño en número de 8,000 combatientes y pernoctaron en la loma de Tachipehuil. A las ocho de la mañana del 1° de abril de 1885, el general Justo Rufino Barrios abrió intenso fuego de artillería contra las fortificaciones salvadoreñas, siendo respondido el salvaje ataque con denuedo por la artillería salvadoreña, que dirigía con singular acierto el capitán francés Alberto Toufflet. El mortífero duelo se suspendió a las 11 horas del día y se reanudó a las 13 horas 30 minutos. En la tarde de este día murió como un héroe el capitán Toufflet. El 2 de abril de 1885 era el designado por el alto mando guatemalteco para librar la batalla decisiva: "almorzar en Santa Ana, cenar en San Salvador", era la consigna. Poco antes de las 9 horas, hora señalada para iniciar el ataque y el ,asalto de las ya débiles fortificaciones salvadoreñas, llegó al cuartel general del Presidente Barrios un oficial, con la noticia de que "el batallón Jalapa" no quería pelear a las órdenes del general Antonio Jirón y que sus componentes sólo empuñarían las armas si Barrios los dirigía. Vivamente impresionado por tal noticia pidió que le llevasen su yegua "Noche Buena" y sin atender sugerencias de sus auxiliares partió a galope tendido, seguido un poco atrás de su Guardia de Honor. Deseando avizorar mejor el campo de batalla, el Reformador de Guatemala tuvo la infeliz idea de subir montado en su yegua a la cúspide de un montículo o promontorio. Escalado el montículo, el general Barrios ofrecía un blanco perfecto. Pocos minutos después, el Presidente guatemalteco se inclinó hacia la derecha del cuello de la bestia y cayó al suelo empapado de sangre. Al ver esto sus edecanes fueron a socorrerlo inmediatamente, pero cuando llegaron y lo levantaron en brazos el Reformador cerraba los ojos y exhalaba el último suspiro, sin articular palabra alguna. Una bala desperdigada le había penetrado bajo la clavícula del hombro derecho e incrustándosele en el corazón. Su muerte fue instantánea y ocurrió sensiblemente poco antes de las diez de la mañana, mientras sus victoriosos soldados habían logrado cortar ya el camino que ponía en comunicación a Chalchuapa, la ciudad sitiada, con Santa Ana, el cuartel general de los salvadoreños. Conocido el triste fin del general Barrios y desalentados sus compañeros porque no habían podido doblegar la resistencia de los cuzcatlecos, acordaron replegarse hacia Guatemala. La memorable acción terminó a las 16 horas de ese día. Además de Toufflet, El Salvador perdió en la sangrienta batalla de Chalchuapa, por el camino a Pampe, al aguerrido y valeroso general Rafael Osorio hijo.

    
Otros sucesos
El geógrafo don Guillermo Dawson dice de Chalchuapa, en 1890, lo siguiente: "Chalchuapa está dividida en cuatro barrios, llamados Las Animas, Santa Cruz, San Sebastián y Apaneca. Sus calles son rectas; su iglesia parroquial es muy hermosa; y cuenta además con una amplia Casa Consistorial, algunas buenas casas de particulares y dos cementerios. Cuenta con 12,927 habitantes, incluyendo los cantones rurales de su comprensión municipal". Por Ley de 8 de abril de 1893 Chalchuapa perdió a favor del municipio de El Porvenir los cantones de Senca, San Juan Chiquito y Las Tablas. El municipio de Chalchuapa perdió a favor del de Santa Ana los cantones de Ayutepeque, Las Cruces y Buenos Aires por Decreto de 4 de julio de 1919; pero los recuperó por Ley de 17 de agosto de 1920.

    
Hombres ilustres
Entre sus hombres ilustres figura el historiador, doctor Alberto Luna. Oriundo de Chalchuapa es también el expresidente general Salvador Castaneda Castro.